Querido Padre Celestial,

Alabanza

Junto con Nehemías, Te exalto como el “Señor, Dios del cielo, el grande y temible Dios, que guarda el pacto y la misericordia para con aquéllos que Lo aman y guardan Sus mandamientos” (Neh 1:5). Aunque yo, como Israel, pequé contra Ti y quebranté Tus mandamientos, todavía me amabas y querías que yo fuera parte de Tu familia. ¡Qué maravilloso es un amor como éste! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre el tercer regreso a Jerusalén bajo el liderazgo de Nehemías. Sucedió 93 años después del primer regreso bajo Zorobabel y 13 años después del segundo regreso bajo Esdras. En el intervalo de tiempo desde el regreso de Esdras, el remanente había sufrido bajo más opresión de los samaritanos. Rehum y Simsai habían persuadido al rey Artajerjes para que hiciera un decreto cesando el trabajo en las murallas, y cuando una delegación de Jerusalén visitó a Nehemías en Susa, se le dijo que el remanente “…están en gran aflicción y oprobio, y la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego”. Nehemías quedó muy afectado por estas noticias, y pasó algunos días en oración y ayuno. Después de confesar sus pecados y los de su pueblo, pidió que le concedieras favor delante del rey Artajerjes. Respondiste a la oración de Nehemías, y el rey envió a Nehemías a Jerusalén con toda autoridad para reedificar sus murallas y sus puertas. Nehemías no tardó en obedecer. Tres días después de su llegada a Jerusalén, inspeccionó las murallas de la ciudad por la noche, entonces instó a los oficiales para que empezaran el trabajo. Ellos acordaron hacerlo a pesar del desprecio de Sanbalat, Tobías y Guésem y comenzaron a reparar las murallas y construir las puertas. Las acciones de Nehemías me enseñan varias lecciones. Primero, Nehemías basó su oración en Tu carácter. Esto me enseña que la teología debe ser la base de mi devoción. No puedo estar en una relación correcta contigo si no entiendo quién eres en realidad. La oración de Nehemías muestra que Te conocía como el Dios grande, fiel y accesible que eres (Neh 1:5–6). ¡Te alabo, Señor! Segundo, la manera en que él hizo su petición al rey vino después de pedir Tu dirección y bendición. Esto me enseña la importancia de buscar Tu voluntad en todas mis decisiones. Cuando mis planes están de acuerdo con Tus deseos, puedo descansar en el conocimiento de que Tu “mano buena” está sobre mí. Tercero, Nehemías demostró prudencia al pasar tiempo con los líderes del remanente y al inspeccionar las murallas en secreto antes de que los animara a reedificarlas (Neh 2:11–12). Esto me enseña que debo desarrollar relaciones con aquellos que quiero influenciar y que debo investigar una situación plenamente antes de que proponga una solución. Si sigo el ejemplo dejado por Nehemías, crearé consenso, demostraré integridad, y daré confianza a los demás para unirse conmigo en mis esfuerzos.

Reflexión

La idea de tener que acercarse para hacerle una petición para reedificar Jerusalén a alguien como el rey Artajerjes debía haber sido espantosa, Nehemías venció su temor y actuó por fe. ¿Hay algo que Tu Espíritu quiere que yo haga que hasta este momento he resistido porque tengo miedo?

Petición

Padre, dame el valor y la sabiduría de Nehemías. Ayúdame a andar por fe cuando conozco Tu voluntad y a proceder con prudencia al afrontar circunstancias difíciles.

Agradecimiento

Gracias por el ejemplo dejado por hombres piadosos como Nehemías. ¡Tengo mucho que puedo aprender de sus ejemplos!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Nehemías 2:20.