Querido Padre Celestial,

Alabanza

Lo que Jonás Te reprochó enojado, “Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia y que Te arrepientes del mal anunciado”, yo lo digo con un corazón gozoso. Me alegra adorar a un Dios que se acerca a los perdidos llamándolos al arrepentimiento. Tuviste piedad de Nínive, la gran ciudad, y también tuviste piedad de mí. ¡Aleluya, qué gran Salvador!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me hablaste sobre el viaje que hizo Jonás a Nínive, la capital de Asiria y sobre la profecía de Amós a Israel. La historia de Jonás comienza cuando Tú le pediste que fuera Tu profeta en Nínive, y él se rebeló contra Tu voluntad. ¿Por qué desobedeció Tus órdenes Jonás y trató de huir a Tarsis? Porque sabía que Tú eres misericordioso (Jon 4:2) — y que si los Asirios se arrepintieran, Tú los perdonarías. Por esa misma razón, no fue una casualidad que elegiste a Jonás. Tú sabías que él odiaba a los Asirios, y deliberadamente lo llamaste para exponer su actitud pecaminosa. Esto me enseña que Tu llamado en mi vida me traerá cara a cara con la condición verdadera de mi corazón. Si me encuentro huyendo de Ti, es seguro que no Te he rendido mi voluntad. Jonás hizo todo lo posible para alejarse de Nínive lo más que pudo, pero Tú lo hiciste volver. Me da mucho ánimo al ver la gran misericordia para con Jonás, porque nunca quiero que me dejes hacer mi propia voluntad. Cueste lo que cueste, haz lo necesario para que yo me humille bajo Tu mano poderosa. Jonás predicó Tu mensaje a Nínive y los Asirios se arrepintieron. Jonás estaba furioso, pasó exactamente lo que él temía que iba a pasar. Fuera de la ciudad estaba Jonás fastidiado y enojado, pero ahí, usando una planta le enseñaste una gran lección sobre el amor. El libro de Amós empieza con una serie de oráculos (declaraciones proféticas de juicio) contra ocho naciones. Las primeras seis eran naciones paganas, cercanas a Judá e Israel. Me imagino que los que escuchaban a Amós estaban muy de acuerdo con Tu juicio venidero. Pero, Amós también profetizó contra Judá e Israel. ¡Qué sorpresa habrá sido eso! Amós condenó a los judíos junto con los idólatras, los moabitas y edomitas. El mensaje de Amós es tan cierto hoy como lo era antes, el pecado es pecado, no importa quién lo comete. Y todos rendirán cuentas por su acciones (v. Ro 2:6–11).

Reflexión

La pregunta que le hiciste a Jonás sigue siendo fundamental hoy: ¿Tengo yo el mismo amor por un mundo perdido? ¿Cuál sería mi respuesta? ¿Le pongo tanta importancia a la vida de mi prójimo que estoy dispuesto a amar y a compartir el evangelio?

Petición

Padre, dame amor por los perdidos y por los que se han alejado de Ti. Mueve mi corazón para sinceramente amar al mundo que me rodea y que Tu luz brille por medio de mí, en la obscuridad de esta mala y perversa generación.

Agradecimiento

Gracias por cuidar de mí lo suficiente como para enfrentarme con la verdad. Estoy agradecido que eres mi gran pastor que cuidas de mí cuando me alejo de Ti. Mantenme siempre a Tu lado.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Jonás 4:11.