Querido Padre Celestial,

Alabanza

Pablo dijo: “Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: ‘Mia es la venganza, Yo pagare,’ dice el Señor” (Ro 12:19). ¡Qué gran verdad! Te alabo, oh Dios, como el Dios de la venganza—“Oh Dios de las venganzas, ¡resplandece!” (Sal 94:1).

Hoy en Tu Palabra

HHoy me dijiste como Eliseo ungió a Jehú como rey de Israel. Jehú estaba sentado junto con los capitanes del ejército en Ramot Galaad cuando llegó el siervo de Eliseo con un mensaje para Jehú. De un momento al otro, Jehú fue ungido como rey y fue instruido para destruir toda la casa de Acab —“para que Yo cobre venganza por la sangre de Mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos del Señor derramada por mano de Jezabel” (2 R 9:7b). Esto me demuestra que nadie puede poner la mano sobre los siervos del Señor sin consecuencias. Tú permites que los impíos tomen sus propias decisiones, pero también eres fiel en hacer justicia (v. Lc 18:7–8). Jehú estaba más que dispuesto en llevar a cabo la venganza que Tú deseabas contra la casa de Acab. Jehú recordó escuchar a Elías reprender a Acab por haber matado a Nabot (2 R 9:25–26), Y se aseguró que el terreno de Nabot fuera lleno de la sangre de Joram, hijo de Acab. No le fue mucho mejor a Jezabel. Fue echada por su ventana y pisoteada por el carro de Jehú. Su vida de lujo y de maldad acabó en una calle lodosa. Los perros se comieron su cuerpo destrozado y lo único que permaneció fue su cráneo, sus pies, y las palmas de sus manos. ¡Qué fin apropiado para una mujer tan malvada! Esto me sirve como advertencia de que debo estar de Tu lado cuando Tu ira cae sobre los impíos, porque sin duda caerá.

Reflexión

Jehú estuvo dispuesto para ser Tu espada temerosa y llevar acabo toda Tu venganza, pero no para ser Tu siervo fiel. Él continuó en el pecado de Jeroboam y no se deshizo de los becerros de oro. Esto significa que yo puedo estar muy activo en el trabajo de Tu obra y todavía no vivir en obediencia completa que es lo que Tú deseas.

Petición

Padre, aunque hay veces que Tú levantas un hombre para traer Tu justicia sobre los impíos, no me corresponde tomar venganza por mi propia cuenta. No me dejes olvidar que debo esperar en Ti, y esperar con la seguridad de que se hará Tu verdadera justicia.

Agradecimiento

¡Qué agradecido estoy de saber que Tú eres "Jehová, Dios celoso y vengador" (Nah 1:2) — el día vendrá cuando Tus enemigos serán vencidos para siempre, y Tu Hijo reinará sobre toda la tierra!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 2 Reyes 10:10.