Querido Padre Celestial,

Alabanza

“Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; Tuyo es el dominio, oh Señor, y Te exaltas como soberano sobre todo. Ahora pues, Dios nuestro, Te damos gracias y alabamos Tu glorioso nombre” (1 Cr 29:11, 13)

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre la segunda coronación de Salomón y la muerte de su padre, David. David se dio cuenta de que Salomón era joven e inexperto, y que la tarea enorme de edificar el Templo le preocupaba mucho. Por eso, David tomó el tiempo para animarle y recordarle que Tú lo habías elegido específicamente para hacer esa tarea. Lo retó, diciendo: “esfuérzate y hazla (1 Cr 28:10). Esto me enseña que cuando me das una tarea, también me das la capacidad y el poder para cumplirla. La envergadura de una responsabilidad, sus riesgos o la presión de la situación pueden causar que me quede inmóvil, aterrorizado. Pero David me da un remedio para tal situación: no te enfoques en el miedo; sino, ¡manos a la obra! Con frecuencia, comenzar una tarea es la parte más difícil de cualquier obra. Mientras trabajo, puedo descansar al saber que Tú estás conmigo—Tú no me fallarás ni me abandonarás (1 Cr 28:20). Cuando David estaba al borde de la muerte, mandó a Salomón, diciendo: “Sé hombre” (1 R 2:2). ¿Qué significa verdaderamente ser hombre? Es “guardar los preceptos de Jehová Tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus mandamientos”. Los que Te obedecen, “prospera[rán] en todo lo que hag[an]” (1 R 2:3).

Reflexión

David Te pidió que dieras a Salomón un corazón que siguiera Tus pasos, pero el día llegó en que Salomón Te rechazó para apegarse a sus mujeres en amor. Las oraciones de los santos no pueden cubrir un pecado que fomento en mi corazón—yo mismo debo escoger diariamente que seré completamente fiel a Ti.

Petición

Padre, dame un perfecto (shalem) corazón para guardar Tus mandamientos, estatutos, y decretos. Que para siempre yo tenga “esta voluntad del corazón”, y que “encamine mi corazón” a Ti (1 Cr 29:18–19).

Agradecimiento

Gracias por contarme mucho de la vida del “dulce salmista de Israel”, el Rey David. He aprendido de observar sus victorias y sus fracasos. Sus últimas palabras subrayan esta gran verdad: los santos serán salvos, pero los malvados “por fuego serán consumidos completamente” (2 S 23:7).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 1 Reyes 2:7.