Querido Padre Celestial,

Alabanza

¡Eres muy digno de mi alabanza! Si David prestaba tanta atención en cómo alabarte con música y cantos, ¿cómo puedo hacer menos? Hablaré del poder de Tus hechos portentosos, ¡y yo contaré Tu grandeza! Grande eres Tú, Señor, ¡y muy digno de ser alabado! (Sal 145:3, 6)

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre los preparativos que hizo David para la edificación de Tu Templo. Las acciones de David atestiguaron su fe en Tu promesa, y se ocupó con hacer planes para su cumplimiento. Esto me enseña la importancia de hacer planes para el liderazgo del futuro—David se daba cuenta de que Tu ministerio continuaría después de su muerte, e intentó asegurar que Salomón heredaría una administración funcional y sólida. La organización de las tareas hechas en el Templo muestra que había muchas maneras de contribuir a Tu servicio. Algunos proclamaban Tu verdad (1 Cr 25:1), algunos ofrecían agradecimiento y alabanza (1 Cr 25:3), mientras que otros cantaban y tocaban instrumentos de música (1 Cr 25:6–7). Esto me enseña que quieres que todos participen en adorarte. Tal vez yo no sea un profeta, o un maestro, pero Tu Espíritu me ha dado un don que puedo usar para edificar al cuerpo de Cristo (v. 1 Co 12:4–7). Debo desarrollar mi habilidad y usarla lo mejor que puedo en servicio a Ti (Ro 12:4–8). La división de las responsabilidades dentro del Templo hecha por David es un ejemplo excelente de cómo administrar con sabiduría y justicia. Los músicos eran divididos en 24 grupos que correspondían con los 24 grupos de levitas (1 Cr 24:7–18). Esta división de las responsabilidades dio orden al proceso de hacer preparativos para la obra del Templo, promovió excelencia para hacer más fácil el entrenar, y creó variedad en la alabanza porque los grupos trabajaban en el Templo por turnos, y todos tenían la oportunidad de estar involucrados en Tu servicio.

Reflexión

El botín de guerra pertenece con todo derecho al ejército victorioso, pero David y sus capitanes habían dado una porción de su botín para el mantenimiento del Templo (1 Cr 26:26–27). Como esos jefes del ejército, debo estar deseoso de entregarte una parte de lo que me has dado.

Petición

Padre, al leer sobre los preparativos para edificar el Templo, recuerdo la importancia de que cada persona haga su parte en Tu servicio. Ayúdame a usar mis dones y habilidades para promover la obra de Tu ministerio.

Agradecimiento

¡Gracias por la bendición de poder ser parte del cuerpo de Jesucristo! ¡Qué maravilloso saber que soy una piedra viva en Tu Templo espiritual! (1 P 2:4–5)

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 1 Crónicas 26:4–5.