Querido Padre Celestial, Alabanza No puedo menos que maravillarme al pensar en Tu gran misericordia y amor para Israel. Ellos dudaban de Ti y preguntaban a cada momento, y quebrantaron su promesa de guardar Tu pacto en menos de dos meses después de recibirlo. A pesar de eso, los amabas y cuidabas de ellos, y los salvaste de sus enemigos. Verdaderamente eres un Dios digno de alabanza— ¡Te alabo, Señor! Hoy en Tu Palabra Hoy me contaste más de los salmos de Asaf. El salmo 78 es un comentario inspirado y perspicaz sobre la historia temprana de Israel, y provee una manera por la cual se puede poner en práctica Tu mandato para enseñar a la siguiente generación (Dt 4:9–10; 6:7, 20–25). ¿Qué mejor manera de enseñar a mis hijos sobre Ti que por medio de la música? Asaf escribió apasionadamente de Tus hazañas—habló de las grandes plagas que derramaste sobre los egipcios, el cruce del Mar Rojo, las muchas ocasiones en que proveíste comida y agua en el desierto. Pero como un hilo negro pasando por estas palabras de alabanza es el recuerdo escalofriante del pecado del pueblo. Ellos eran “una generación porfiada y rebelde, generación que no preparó su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel a Dios” (Sal 78:8). ¿Se habían maravillado de Tus milagros? Sí, pero “olvidaron Tus obras y los milagros que les había mostrado” (Sal 78:11). ¿Fueron refrescados por el agua que les diste? Sí, pero hablaron contra Ti, diciendo: “¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto? Entonces Él golpeó la roca y brotaron aguas, y torrentes se desbordaron; ¿Podrá también dar pan? ¿Proveerá carne para Su pueblo?” (Sal 78:19–20). ¿Te buscó el pueblo cuando les castigaste? Sí, pero “con su boca Te engañaban y con su lengua Te mentían. Pues su corazón no era leal para contigo, ni eran fieles a Tu pacto” (Sal 78:34–37). Este salmo me advierte que nunca me olvide de Tus obras—“[pongan] su confianza en Dios” y “[guarden] Tus mandamientos” (Sal 78:7). Reflexión Es fácil creer que la generación del éxodo fuera un grupo de malvados tercos que no merecían los grandes milagros que experimentaron. Pero Pablo dijo que lo que les aconteció fue escrito para mi instrucción. Esto quiere decir que yo puedo ser exactamente como ellos—“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co 10:11–12 RVR60). Petición Padre, imprime la verdad del Salmo 78 en mi corazón—que yo nunca olvide el ejemplo de la generación del éxodo, ¡y que siempre luche por ser fiel a Ti! Agradecimiento Gracias por contarme este resumen aleccionador de cómo trataste con un pueblo rebelde. ¡Estoy agradecido por la oportunidad para aprender de los errores de otras personas! En el nombre de Jesucristo, Amén. Versículo de Meditación: Salmo 81:8–10. |