Querido Padre Celestial,

Alabanza

David dijo: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca… Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre… Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias” (Sal 34:1-6 RVR60). ¡Eres un Dios que oye mis peticiones y que me libra de todos mis enemigos! ¡Bendigo Tu Nombre y Te adoro hoy!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre la triste despedida de David y Jonatán y sobre la captura y el escape de David de los filisteos en Gat. Saúl tanto como Jonatán se dieron cuenta de que fue Tu voluntad que David fuera el siguiente rey de Israel, pero sus reacciones fueron completamente diferentes. Saúl intentó matar a David (oposición extrema) mientras que Jonatán ayudó a David (obediencia alegre). Jonatán se podría haber alejado de la situación sin hacer nada, sin embargo apoyaba y defendía al hombre que algún día llegaría a ser rey en su lugar. Esto me enseña que un compromiso de cumplir Tu voluntad significa que debo obedecerte a pesar de cualquier pérdida personal. Después de despedirse de Jonatán, David se fue a Ahimelec, el sacerdote en Nob. David engañó a Ahimelec para obtener su ayuda, y aunque fueran buenos sus motivos (sin duda, quiso que Ahimelec pudiera afirmar honestamente su ignorancia de la verdad), en el mejor de los casos, su decepción era cuestionable, y pecaminosa en el peor. Esto me muestra cuán fácil es depender de mis propias ideas en tiempos de tribulación en lugar de Ti. David sabía que Saúl no dejaría de perseguirlo hasta que estuviera muerto, y decidió refugiarse con los enemigos de Saúl, los filisteos. La idea de que David estaba desertando fue emocionante para los filisteos al principio, pero la prudencia prevaleció. (“¿No es éste David, el rey de la tierra?”) y lo capturaron. David se salvó por fingirse loco, y Aquis, en disgusto, lo echó fuera de Gat—‘¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa?’ Lo habías rescatado de la muerte otra vez.

Reflexión

La actitud de Jonatán hacia David es inspiradora y conmovedora. ¿Estoy tan comprometido a cumplir Tu voluntad que yo le ayudaría alegremente a otra persona aún para ganar una posición que legítimamente fuera mía?

Petición

Padre, cuando David fue tomado por los filisteos, miró a Ti en oración y en alabanza. Ayúdame a no olvidar de llamarte primero en tiempos de tribulación y de poner mi confianza en Ti—“No temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Sal 56:4b).

Agradecimiento

¡Te agradezco por dejarme saber que “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos… Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias.” (Sal 34:15-17 RVR60)!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Salmo 56:3.