Querido Padre Celestial,

Alabanza

Tu ira por la apostasía de Israel revela el gran amor que tienes por Tu pueblo, y Tus celos muestran cuánto Te importamos a Ti. Eres un Dios de amor, y un Dios de amor también es celoso e intolerante—no permitirás que mi amor por Ti tenga rivales. Si Te rechazo, ¡eres fiel en Tu ira para conmigo! Por eso, ¡Te alabo y me arrodillo en adoración ante Tu trono!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste del ciclo de los jueces. La generación de Josué murió y sus hijos “no conocían al Señor” (Jue 2:10). El problema no era la ignorancia, porque la siguiente generación sabía de Ti y de Tus obras. El verdadero problema era que se negaban a honrarte y obedecerte (como los hijos de Elí en 1 Samuel 2:12). Esto dio lugar a un ciclo de rebelión, venganza, arrepentimiento, y restauración que Israel experimentó vez tras vez. Cada generación fracasó en convencer a la siguiente generación de que Te amara y sirviera—sin embargo, esta tarea era el centro de toda Tu ley (Dt 6:4–9). Esto me enseña cuán importantísimo es que yo discipule a mi familia. Lo has dejado claro que es mi tarea (no la de la iglesia o el gobierno) entrenar a mis hijos. Aprenden la mayor parte de mi ejemplo, y el hogar es el lugar más efectivo para transmitir la fe a la siguiente generación. Sabiendo de antemano que el pueblo menospreciaría Tu pacto, permitiste que algunos cananeos se quedaran en el territorio de Israel. Lo hiciste por más de una razón: (a) para castigarlos por su apostasía (Jue 2:3), (b) para probar su lealtad a Ti (Jue 2:22; 3:4), y (c) para dar experiencia en la guerra a la siguiente generación—mejor dicho, en depender de Ti para pelear sus batallas (Jue 3:2). Esto me enseña que no puedo heredar los beneficios de la fe de una generación anterior. Si quiero experimentar las bendiciones que ellos tenían, debo demostrar mi propia lealtad y fidelidad a Ti.

Reflexión

¿Por qué Te rechazó Israel tan rápidamente? Los dioses ajenos (Baal) permitían que sus seguidores permanecieran egocéntricos y pecaminosos—podían hacer casi cualquier cosa que querían y todavía estar ‘obedeciendo’ a lo menos uno de los muchos dioses cananeos. Actualmente no es muy diferente—el mundo está lleno de doctrinas y enseñanzas que me dicen que puedo pecar y todavía estar en buena relación contigo.

Petición

Padre, quiero permanecer leal y consagrado a Ti. Ayúdame a decirle “¡No!” al mundo y resistir la “pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida” (1 Jn 2:16).

Agradecimiento

Qué maravilloso es considerar que me amas y que experimentas celos e ira si te rechazo. ¡Gracias por el gran amor con que me amaste! (Ef 2:4).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Jueces 2:10.