Querido Padre Celestial,

Alabanza

Eres el “Dios Todopoderoso”, el Dios de bendición. Te interpones en nuestras vidas, cambiando nuestro carácter (nuestro nombre), llamándonos a la santidad y la obediencia. Te alabo hoy por tu salvación la cual me vino por Jesús, el descendiente de Jacob. ¡Cuán maravillosos son tus caminos! (Sal 86:10).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo Siquem violó a la hija de Lea, Dina. Jacob se quedó extrañamente silencioso cuando se enteró de lo que había sucedido. Sin embargo, los hermanos de Dina, Simeón y Leví, se enfurecieron. Engañaron a Hamor y Siquem con una propuesta de matrimonio a cambio de la circuncisión, y entonces mataron a todo hombre de la ciudad y tomaron a Dina de la casa de Siquem. Los otros hermanos saquearon la ciudad, tomando todo: rebaños, manadas, posesiones, mujeres y niños. Jacob condenó a Simeón y Leví por su violencia y crueldad, y tuvo temor de que los cananeos los destruirían de represalias. Pero te apareciste a Jacob y le ordenaste que él regresara a Betel. Jacob limpió su campamento de todo ídolo y se fue en obediencia. Hiciste que un terror cayera sobre las ciudades de alrededor, y él llegó a salvo y sin ningún daño. Esta historia tiene mucho significado: (1) explica por qué al fin de su vida, Jacob maldijo a Simeón y Levi, y profetizó que serían dispersados en Israel (Gn 49:7), (2) preparó el terreno para los problemas venideros dentro de la familia de Jacob (Rubén y Bilha), (3) fue usada por ti para renovar la lealtad de Jacob a ti (todo ídolo fue echado), (4) ilustra el peligro de decidir vivir cerca de una ciudad mala (Lot en Sodoma), y (5) subraya tu protección sobrenatural de Jacob y tu fidelidad en guardar tu promesa a pesar de la tendencia de Jacob de meterse en problemas. Jacob te adoró en Betel y lo bendijiste. Siguió viajando hacia el sur, y finalmente volvió a la casa de su padre Isaac.

Reflexión

El deseo que tenían Simeón y Leví para la justicia era bueno, pero su manera de obtenerla fue mala. Cuando estoy tentado a devolver mal por mal, debo escoger dejar la venganza en tus manos muy capaces.

Petición

Padre, examina mi corazón hoy y revela cualquier ídolo que haya entrado en mi vida. No quiero que ninguna cosa tome tu lugar supremo.

Agradecimiento

¡Te agradezco por tu paciencia para conmigo! Cómo trataste con Jacob me muestra cuánto soportas nuestra tendencia obstinante de caminar en nuestros propios caminos.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Génesis 35:3.