Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy vengo delante de ti en adoración; eres el “Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los creyentes” (1 Ti 4:10). Tú hiciste el plan para redimir al mundo del pecado por unirnos espiritualmente con la simiente de Abraham, Jesucristo. Te alabo porque eres un Dios que “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad” (1 Ti 2:4).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo Abram fue justificado por la fe. Una noche, lo llevaste fuera de su tienda y le dijiste que sus descendientes serían tan numerosos como las estrellas del cielo. Aunque él era “casi muerto” con respeto a procreación (He 11:12), él te creyó, y “le fue contado por justicia” (Gn 15:6 RVR60). Abraham es el ejemplo de cómo ser salvo: por la gracia por la fe (Ro 4; Jn 8:38–40). Muchos años después, Pablo les dijo a los gálatas que tu propósito principal en poner aparte a los judíos para ti mismo fue crear un linaje espiritual, en vez de un linaje físico. Ser un “hijo de Abraham” significa responder a ti en fe y obediencia como Abraham (v. Gá 3:6–9). Muchos años pasaron, y Abram todavía no tenía un hijo. Finalmente, escuchó al consejo de su esposa Sara y recibió un niño por su esclava egipcia Agar. Pero Ismael no fue el hijo de la promesa; Pablo usó esta historia después para demostrar que no todos los descendiente de Abraham son verdaderos “hijos de Abraham”. Solo los que te creen como te creyó Abraham pueden tener el privilegio de ser llamados sus hijos (v. Ro 9:6–9). También Pablo señaló que Abraham fue justificado antes de recibir la señal de circuncisión (Gn 17). Lo hiciste así “para que [Abraham] fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también se les tome en cuenta a ellos” (v. Ro 4:9–12).

Reflexión

Le dijiste a Abram que sus descendientes no poseerían Canaán hasta el día en que la maldad de los amorreos llegara a su colmo. ¡Cuán misericordioso eres para con los que te están rechazando!

Petición

Padre, denme la fe de Abraham, quien creyó que pudieras hacer lo imposible. Ayúdame a confiar en tu promesa, incluso cuando parece que no se cumpla.

Agradecimiento

Gracias por la maravillosa verdad de salvación por la fe. ¡Estás llamando a todo hombre, invitándoles a venir a ti, instándoles a creer en ti y tener una relación con tu hijo, Jesucristo!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Génesis 15:6.