Querido Padre Celestial, Alabanza Hoy te alabo por ser un Dios que me ama tanto que me disciplinas (Job 33:15–18). Dijiste: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (He 12:6). Te alabo porque sé que toda tu disciplina, aunque me duela por un tiempo, es para mi bien, que yo pueda participar de tu santidad (He 12:10–11). Hoy en Tu Palabra Hoy me dijiste de los dos primeros discursos del joven Eliú a Job. Eliú se había quedado silencioso mientras que Bildad, Elifaz y Zofar habían tratado de refutar a Job. Cuando no lograron convencerlo de su error, Eliú ya no pudo contenerse. Según Eliú, la culpa de Job fue cierta (Job 34:36–37). Si las afirmaciones de inocencia hechas por Job quedaran sin respuesta, significaría que Dios no había actuado con justicia y santidad, y eso fue imposible. Job había anhelado tener a un mediador, alguien que pudiera estar entre él y Dios (9:33). Eliú se ofreció como ese mediador para arbitrar el caso de Job contra Dios (Job 32:12; 33:12). Sin embargo, el mensaje de Eliú, mientras que en algunas partes tenía razón (en Job 33:19 vemos que Dios sí usa el sufrimiento para disciplinarnos, y en Job 33:26 que Dios sí perdona a los que se arrepienten), fue basado en la misma premisa imperfecta que usaron los amigos de Job. Más adelante, Eliú tergiversó muchas de las palabras de Job (Job 34:5–9) e interpretó los gritos frustrados y confundidos de Job de la peor perspectiva posible. Reflexión Para mí, los discursos de Eliú subrayan la importancia de tener una teología correcta, un entendimiento completo y equilibrado de ti y de tus caminos. Si mis presuposiciones sobre ti sean defectuosas, yo aplicaría incorrectamente tu verdad y causaría daño en lugar de ayuda. Petición Padre, ayúdame hoy a hacer mi mejor para presentarme “a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad” (2 Ti 2:15). Recuérdame a leer tu Palabra de rodillas dobladas, consciente de la verdad que algunas de las cosas que has dicho son “difíciles de entender” y no me permites torcer las Escrituras, para mi propia perdición (2 P 3:16). Agradecimiento Gracias por darme ejemplos de teología errónea y verdad aplicada incorrectamente para que yo evite tal peligro. Gracias por la promesa que si mi deseo sea para hacer tu voluntad, me guiarás a un entendimiento de la verdad (Jn 7:17). En el nombre de Jesucristo, Amén. Versículo de Meditación: Job 33:26. |