Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy te alabo por tu Hijo, Jesucristo. Job quería alguien que mediara entre él y Dios (Job 9:32–33), y Jesús es esa persona; él es el único mediador entre Dios y hombre (1 Ti 2:5). Te alabo que Jesús vino a la tierra y experimentó completamente la condición humana. Él puede “compadecerse de nuestras flaquezas”, y nos anima a correr nuestra carrera con perseverancia (He 4:15).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo Bildad estaba de acuerdo con Elifaz; él también creía que el sufrimiento de Job era el resultado de algún pecado cometido por Job. Bildad llevó el ataque de Job hacia un nivel nuevo y malicioso, incluso decir que los hijos de Job habían recibido lo que merecían (8:4). Bildad tuvo razón al decir que tú castigas al pecador, pero no tuvo razón cuando supuso que el sufrimiento intenso de Job fue necesariamente debido a algún pecado. Job afirmó tu soberanía, pero en vez de recibir consuelo de esa verdad, tenía medio de ti. No podía entender cómo tu bondad y justicia se manifestaban en su vida. Job presenta un tema clave del libro en la lectura de hoy: un hombre deseando “ir a las tribunales” con Dios. Él quería defenderse y ser vindicado, y también deseaba respuestas. Pero pensó en su desesperación: ¿quién puede defenderse contra Dios? (Job 9:2–3).

Reflexión

Job estaba convencido que a veces los inocentes sufren bajo los mismos problemas como los malvados (Job 9:22). Es la verdad, pero no es porque eres desinteresado y frío; sino, es porque vivimos en un mundo caído, y las decisiones tomadas por nosotros inevitablemente afectan a otras.

Petición

Padre, ayúdame a tener en mente que eres verdaderamente un Dios de misericordia y compasión. Nunca traes dolor a mi vida sin causa; sino que usas estos sufrimientos temporales para afinar mi carácter para hacerme más como tu Hijo, Jesús. Ayúdame a creer con todo mi corazón que eres exactamente cómo te describe tu Palabra.

Agradecimiento

Gracias por tu gracia en mi vida, y por el reto de considerar profundamente el problema del dolor. Sigue dándome el poder para “dar(te) gracias en todo” (1 Ts 5:18).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Job 9:32–33.