Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy te alabo por tu santidad y justicia, las cuales están en perfecto equilibrio con tu paciencia y amor. Odias el pecado, sin embargo continuamente tiendes la mano al hombre pecaminoso para llevarlo a ti. Te alabo por ser un Dios personal; a ti te importa tener comunión individual e íntima conmigo. También eres fiel, cumpliendo las promesas que me has hecho, así como tratabas a Noé.

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre la terrible maldad del mundo antediluviano, desde el primer homicidio horrible hasta los días de Noé cuando toda intención de los pensamientos de hombre “era sólo hacer siempre el mal” (Gn 6:5). Mientras que la raza humana se precipitaba hacia su destrucción, hiciste todo posible para convencerles a dejar al lado su maldad; tú personalmente advertiste a Caín que “el pecado yace a puerta” (Gn 4:7), y hablaste por Enoc, quien advirtió al mundo de un juicio venidero (Gn 5:24; Jud 1:14–15). Pero los hombres no te prestarían atención, y eventualmente su pecado conllevó tu juicio piadoso. Destruiste el mundo entero con un diluvio y todo ser viviente murió. Sólo Noé, que andaba contigo, halló gracia en tus ojos; salvaste a él y su familia en el arca.

Reflexión

Yo también estoy viviendo en un mundo enfermo del pecado, pero en actualidad la maldad no es tan mala como era en los días de Noé. Si podrías ayudarle a Noé para quedarse fiel a ti aunque estaba rodeado por tanta maldad, es cierto que me puedes ayudar para hacer lo mismo. El pecado es como una bestia que yace a mi puerta; me codicia para destruirme, pero eres fiel para protegerme.

Petición

Padre, hoy te pido la gracia para permanecer fiel a ti, aun si soy el único. Pido protección del enemigo. Ayúdame a alegrarme de recibir tus palabras de advertimiento y celebrar tu fidelidad.

Agradecimiento

Gracias por ser un “arca de seguridad” para mí, y por protegerme cada día de los ataques del enemigo.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Génesis 6:9.