Querido Padre Celestial,

Alabanza

Los ángeles dijeron a las mujeres en la tumba: “Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: ‘Él va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán, tal como les dijo’” (Mr 16:7). Jesús había resucitado triunfante de la tumba, victorioso sobre el pecado y la muerte, vencedor sobre Satanás y sus obras, y se aseguró de que Sus ángeles dijeran “y a Pedro”. Te alabo hoy como el Dios que me alcanza con amor y misericordia, siempre ansioso por perdonarme y restaurarme. ¡Toda gloria y honor y poder sean para Él, mi resucitado Señor y Salvador! ¡Gloria a Dios!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me hablaste del acontecimiento más importante en la historia de la humanidad: la resurrección física y corporal de Jesucristo de entre los muertos. La resurrección es la piedra angular de la fe cristiana y el fundamento del evangelio. El significado de la resurrección puede ser visto de las siguientes maneras: (1) Confirma todo lo que Jesús dijo acerca de Sí Mismo. Jesús dijo ser uno con el Padre (Jn 10:30), la fuente de la vida eterna (Jn 17:3), el único camino hacia a Dios (Jn 14:6), el Mesías de Israel (Jn 4:25-26) y el Hijo del Hombre (Mr 14:62). La resurrección de Jesús confirmó que todas estas cosas son verdaderas. (2) Comprueba que el sacrificio de Jesús por el pecado es aceptable para Dios. El Espíritu Santo dijo: “Cuando Cristo ofreció para siempre un solo sacrificio por los pecados, se sentó a la diestra de Dios” (He 10:12). Al resucitar a Jesús de entre los muertos, el Padre nos mostró que aceptó “para siempre el solo sacrificio” de Su Hijo como expiación por los pecados del mundo. Jesús tiene el poder de romper los lazos del pecado y asegurar el perdón y la vida eterna para todos los que reciben Su don de salvación. ¡Aleluya! (3) La resurrección revela que Jesús tiene poder sobre la muerte. Pablo dijo: “Sabemos que Cristo, resucitado de los muertos, nunca más morirá; la muerte ya no tiene dominio sobre Él” (Ro 6:9). La resurrección de Jesús significa que nosotros también tenemos victoria sobre la muerte porque de acuerdo a Efesios 2:6, “juntamente con Él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús”. (4) Quiere decir que Jesús vive para siempre como mediador del nuevo pacto a través de Su sangre. El autor de Hebreos dijo: “Él puede salvar perpetuamente a los que se acercan a Dios por medio de Él, porque siempre vive para interceder por ellos” (He 7:25). ¡Alabado seas, Señor, por un gran Sumo Sacerdote que vive para siempre! Me gozo en saber que mi fe en Cristo no es como la de un hombre que salta ciegamente hacia la oscuridad. Al contrario, es una fe que está basada en la certeza de que, históricamente, Jesús resucitó de entre los muertos. Puedo decir a todo el mundo con alegría: “Él no está aquí, porque ha resucitado, como Él dijo. ¡Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor!” (Mt 28:6).

Reflexión

Los discípulos reconocieron que el cuerpo de Jesús había desaparecido del sepulcro, pero no creían que Él había resucitado de entre los muertos. Su incredulidad me hace buscar en mi corazón si hay ese mismo espíritu de incredulidad cuando se trata de lo que estás obrando en mi vida. ¿Estoy realmente convencido de que no hay nada demasiado difícil para Ti?

Petición

Padre, ayúdame a vivir cada día por fe en Tu Hijo resucitado, el que me amó y se entregó a Sí Mismo por mí. Que yo siempre sea capaz de decir: “Ya no vivo yo, sino es Cristo quien vive en mí” (Gá 2:20).

Agradecimiento

¡Aleluya por la gloriosa verdad de la resurrección de Tu Hijo! Recuerdo con gozo las palabras del himno que dice: “Vive nuevamente nuestro glorioso Rey, ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? Para salvar a nuestras almas Él murió. ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Mateo 28:10.