Querido Padre Celestial,

Alabanza

Jesús dijo: “Y ésta es la vida eterna: que Te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn 17:3). Hoy Te doy mi adoración por ser el Dios que desea tener una relación personal conmigo. Por medio de la sangre expiatoria de Tu precioso Hijo, has provisto una manera de poder estar en una relación correcta contigo. ¡Te alabo hoy y exalto el nombre de Cristo! ¡Te alabo, Señor!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me hablaste del discurso de despedida de Jesús a los once discípulos y de Su oración final por ellos. Los discípulos estaban tratando de entender lo de la traición de Jesús, Su muerte y Su partida tenían que ver con la restauración del reino que los discípulos esperaban. ¿Qué significaba todo esto? Jesús sabiendo su confusión, les dijo: “No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí” (Jn 14:1). Jesús quería que Sus discípulos confiaran en Él a pesar de que tenían dudas e incertidumbres, y yo sé que Tú quieres que yo haga lo mismo. Jesús entonces afirmó algunas de las verdades más importantes del evangelio. Primero declaró: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino es por mí”. Esto significa que no hay varios caminos hacia Ti, solo hay un camino y ese es por medio de Jesucristo. En segundo lugar, Jesús declaró igualdad con el Padre. “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mi”. Esto expresaba que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre. Él es el Dios-hombre, el exegeta del Padre, el que revela y expone todo lo que Tú eres al mundo. Cuando leo acerca de Jesús en el Nuevo Testamento, estoy leyendo acerca de Ti, porque la vida de Jesús fue una revelación de todo lo que Tú eres. Cuando leo de Ti en el Antiguo Testamento, leo también acerca de Jesús, porque Él estaba en Ti desde el principio. Por último, Jesús explicó que era mejor que se fuera para que el Espíritu Santo pudiera venir y asumir el papel de “ayudante” para los discípulos (Jn 14:16; 16:7). Esto significa que Tu Espíritu me ayuda a ser un discípulo de Cristo. De esta manera aunque Cristo no esté aquí en cuerpo, ¡Jesús está conmigo todos los días a través del Espíritu Santo! Jesús continuó diciéndoles a sus discípulos que la unión espiritual con Él podría compararse a las ramas de una vid. Mientras que ellos estuvieran en Él, podían dar fruto, porque aparte de Él no podían hacer nada. Es lo mismo para mí, y debo tener cuidado de permanecer en Ti cada día. ¿Cómo puedo hacer esto? Lo puedo hacer al guardar Tus mandamientos, porque Jesús dijo: “Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor” (Jn 15:10). La obediencia es la clave para una vida fructífera en Cristo. Si me niego a obedecer, no Te amo, porque Jesús también dijo: “Si ustedes Me aman, guardarán Mis mandamientos” (Jn 14:15). La vida de un discípulo es de obediencia diaria bajo la dirección del Espíritu Santo. Al ceder a los deseos del Espíritu, obedezco la voluntad de Cristo.

Reflexión

Jesús dijo que toda rama que no da fruto es quitada y quemada en el fuego (Jn 15:6). Esto significa que aunque ninguno puede arrebatarme de Tu mano, Tú mismo puedes quitarme de la vid de Cristo. ¿Estoy dando fruto permaneciendo en Cristo? ¿Estoy amándote y guardando Tus mandamientos? ¿Estoy permaneciendo en Tu Palabra y obedeciéndola?

Petición

Padre, oro junto con Jesús para que me guardes en Tu Nombre. Hazme uno contigo a través de Tu Hijo, para que yo también sea uno con todos los que están en Ti. Santifícame con la verdad de Tu Palabra, y sálvame del maligno, para que siempre Te sirva con sinceridad y amor.

Agradecimiento

Gracias por la paz que le das a mí corazón (Jn 14:27). Yo sé que en este mundo tendré tribulación, pero me gozo en saber que Tú has vencido al mundo (Jn 16:33).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Juan 17:23.