Querido Padre Celestial,

Alabanza

Jesús dijo de la viuda que echó dos pequeñas monedas de cobre en la caja de las ofrendas: "En verdad, les digo que esta viuda pobre, echó más que todos ellos" (Mr 12:43). Hoy Te alabo por ser el Dios que se goza en la sincera generosidad de Tu pueblo. No hay lágrimas que pasen desapercibidas por Ti, y Tú redimirás todo dolor en la vida venidera. ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me hablaste sobre los ocho ayes de Jesús en contra de los fariseos y de los escribas (los maestros de la ley). Comenzó haciendo una clara distinción entre su hablar y su caminar. ‘Ellos hablan la verdad’, dijo Jesús, ‘pues ellos enseñan y predican la Palabra de Dios’. Por lo tanto, deben observar y hacer lo que ellos dicen (v. Mt 23:1–3). Pero no hay que imitar sus vidas, porque no viven lo que predican’. ¡Increíble! Jesús me llama a reconocer la verdad y a obedecerla aunque provenga de un hipócrita. Tal vez me moleste que un ebrio predique en contra del alcohol, pero tengo que reconocer que sin embargo está proclamando la verdad. Entonces Jesús dio un ejemplo extraordinario de lo que significa “juzgad con juicio justo” porque también había dicho: “no juzgues”, pero a la misma vez denunció públicamente a los fariseos y a los escribas como hipócritas e insensatos. Esto me enseña que hay una gran diferencia entre juzgar y criticar con malicia y entre la inspección cuidadosa y exigente de los frutos de la gente. La primera manera de juzgar es la que se usará conmigo, y la segunda me protegerá contra falsos profetas. Jesús reprendió a los escribas y a los fariseos por varias razones: (1) Ellos multiplicaban las maneras en que la gente podría ofenderte, más nunca le enseñaban cómo verdaderamente agradarte, (2) ansiosamente buscaban la alabanza y la aprobación de los hombres pero se negaban a humillarse delante de Ti, (3) elaboraban reglas detalladas sobre cómo hacer juramentos, pero ignoraban lo que Tú más deseabas: la honestidad y la integridad, (4) observaban los detalles más pequeños de la ley, pero no cumplían con los asuntos más importantes: la justicia, la misericordia, y la fidelidad, (5) cuidadosamente limpiaban el exterior del vaso y del plato pero rehusaron venir a Ti para que los limpiaras de la avaricia y de la indulgencia, y (6) negaban ser cómplices en el asesinato de los profetas de sus antepasados. Pero el hecho de que estaban determinados en destruir a Jesús demostraba que el deseo de matar estaba en sus corazones. De hecho, su decisión de crucificar a Jesús significaba que pronto tendrían las manos manchadas con sangre de todos los profetas, ¡pues todos esos hombres habían sido mensajeros del Profeta supremo de Dios!

Reflexión

Es fácil reaccionar a las palabras de Jesús, y junto con Él condenar a los escribas y a los fariseos. Pero antes de que me llene de indignación, necesito hacerme esta pregunta: ¿He dejado entrar en mi corazón alguna actitud de los escribas y fariseos? ¿Me importan más mi reputación y mi prestigio que Tu reino?

Petición

Padre, guárdame de la hipocresía de los escribas y de los fariseos. Ayúdame a tener un corazón humilde y que la mente de Cristo controle todo lo que diga y haga. ¡Que mi vida siempre esté llena de misericordia y fidelidad!

Agradecimiento

¡Gracias por la fuerte reprensión que les diste a los líderes religiosos de ese tiempo! Me recuerda lo importante que es la santidad en medio de una generación corrupta y perversa.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Mateo 23:37.