Querido Padre Celestial,

Alabanza

Cuando Jesús se estableció en Capernaum, cumplió la profecía de Isaías: “Pero después la hará gloriosa por el camino del mar al otro lado del Jordán, Galilea de los Gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre ellos.” (Is 9:1–2). ¡Hoy Te alabo por enviar a Jesús, el resplandor de Tu gloria y la copia perfecta de Tu carácter, para ser una luz brillante en mi vida! ¡Toda la gloria y la honra y el poder sean para el Hijo de Dios! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste acerca del comienzo del ministerio de predicación que Jesús tuvo en Galilea. Desde el principio, Jesús desafió las suposiciones del pueblo sobre Tu Reino. Él dijo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio” (Mr 1:15). Esta frase les fascinaba a los judíos, porque la frase “el reino de Dios” invocaba al reino mesiánico predicho por los profetas (v. Dn 2, 7). Sin embargo, les molestaba porque parecía que la frase “arrepiéntanse y crean” no tenía nada que ver con el tema. Los judíos eran los hijos de Abraham; ellos tenían que estar incluidos en el reino. ¿Por qué debían arrepentirse? Jesús les explicó, como se lo había explicado a Nicodemo, que el reino es, sobre todo, un reino espiritual en que el Mesías reina en los corazones de los que creen en Él y que Lo aceptan como su Señor. Solo los nacidos del Espíritu, como Ezequiel había profetizado, entrarán en el reino y serán parte de su establecimiento en la tierra en los últimos días (Ez 11:17–20). El reino terrenal venía, y sin duda sería un reino mundial apacible, pero “se había acercado” en el sentido que el Mesías había venido para sufrir y llevar los pecados de muchos (Is 53:3–6). Esto debía suceder primero, porque Isaías había profetizado que el Mesías derramaría “Su alma hasta la muerte” antes de que Jerusalén gritara de júbilo sobre sus niños (Is 53:12; 54:1). Me maravillo al ver la elegancia y la sencillez del evangelio de Jesús. ¡Él llamó la atención del pueblo al mismo tiempo que convencía sus corazones de sus pecados! Al leer en voz alta la Escritura en Nazaret, Él reveló que reconoció la diferencia entre las frases “el año favorable del Señor” y “el día de venganza de nuestro Dios” (Is 61:2). La primera frase se refirió a la primera venida del Mesías, mientras que la segunda lo hizo a Su segunda venida. Los amigos y los parientes de Jesús se daban cuenta de que Él afirmó ser el Mesías, pero no podían entender cómo pudiera ser cierto esto. A fin de cuentas, Jesús se crió junto a ellos, y nunca había hecho nada que les hiciera pensar que fuera el Mesías. Jesús sabía que ellos querían que hiciera un milagro, pero también sabía que ese deseo subió de su incredulidad. Los comparó con los que vivieron durante uno de los periodos de tiempo más apóstatas en toda la historia israelita e implicó que los gentiles, maltratados y rechazados por los judíos, fueran más dignos de Su ministerio que ellos. ¡No me extraña que se enfadaran! Esto me muestra cuán fácil es ser religioso por inercia, sin tener ninguna relación verdadera contigo. ¡Qué nunca sea característica de mi vida!

Reflexión

Cuando Jesús llamó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, lo dejaron todo inmediatamente y Lo siguieron. ¿He dejado cualquier cosa que me impida seguir a Jesús?

Petición

Padre, deseo ser un discípulo de Tu Hijo, Jesucristo. Ayúdame a siempre obedecer Su voz no importa lo que me mande.

Agradecimiento

Gracias por enseñarme cómo ser pescador de hombres (Mt 4:19). ¡Quiero atrapar para Ti a todos los que pueda!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Lucas 4:21.