Querido Padre Celestial,

Alabanza

Esdras dijo: “Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que ha puesto esto en el corazón del rey, para embellecer la casa del Señor que está en Jerusalén, y que me ha extendido misericordia delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según estaba la mano del Señor mi Dios sobre mí, y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo” (Esd 7:27–28). Te alabo como el Uno que tienes el corazón del rey en Tu mano, ¡y lo diriges adónde Te place (Pr 21:1)! También das gracia a los que están intentando obedecer Tu voluntad. ¡Te alabo, Señor!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre el segundo grupo de Israelitas que regresó a Jerusalén bajo el liderazgo del sacerdote Esdras. Esto sucedió 80 años después de que el primer grupo regresó, 58 años después de que se terminó la reconstrucción del templo, y 16 años después de la historia de Ester. Asuero había muerto, y su hijo Artajerjes I tomó control del imperio al asesinar a su hermano mayor Darío. En el séptimo año del reinado de Artajerjes, apremiaste a Esdras para que organizara otro regreso a Israel. También pusiste en el corazón del rey el deseo para apoyar a Esdras, y me pregunto si Mardoqueo pudo haber desempeñado algún papel importante al animar al rey para financiar el regreso. Bendijiste a Esdras, y su grupo hizo el viaje a Jerusalén con seguridad. Varias cosas en esta historia me llaman la atención. Primero, cómo era Esdras. Dijiste: “porque Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar Sus estatutos y ordenanzas en Israel” (Esd 7:10). ¡Qué cuadro tan inspirador de la santidad! Esta es mi meta: hacer que Tu Palabra sea una parte de mi propio ser y enseñar a mi familia y a otros cómo agradarte a Ti. Segundo, Esdras recibió todo el apoyo y el dinero que necesitaba para el regreso porque “la mano del Señor su Dios estaba sobre él” (Esd 7:6). El éxito verdadero en el ministerio solo sube de Tu aprobación y de Tu bendición. ¡Quiero que Tu mano esté sobre mí en todo lo que hago! Tercero, Esdras reconoció que el decreto del rey era un regalo Tuyo, y tomó el tiempo para agradecerte y para alabarte por Tu fidelidad y por Tu amor (Esd 7:27–28). Esto me enseña que debo darte la gloria por cualquier éxito que venga a mi ministerio, porque sin Ti, mi trabajo sería en vano. Cuarto, Esdras proclamó un tiempo de oración y ayuno “para que nos humilláramos delante de nuestro Dios a fin de implorar de Él un viaje feliz para nosotros, para nuestros pequeños y para todas nuestras posesiones” (Esd 8:21). Esdras le dijo a Artajerjes que Tu mano de bendición estaba sobre aquellos que Te buscan, y el rey mostró respeto por Tu Nombre al encomendar la seguridad de todo el grupo y el éxito de su misión en Tu protección. Esto me anima para depender de Ti para cubrir mis necesidades y reconocer que debes estar conmigo porque no puedo hacer nada sin Ti.

Reflexión

Con frecuencia, la oración y el ayuno van de la mano, no porque mis acciones Te manipulen para que hagas lo que yo quiero, sino porque es una humillación voluntaria de mí mismo delante de Ti (v. Esd 8:21). Al ayunar, muestro mi dolor por mi pecado y que tomo en serio la búsqueda de Tu voluntad (v. 2 S 12:22).

Petición

Padre, hoy reconozco la verdad de que dependo completamente de Ti. Derrama sobre mí una medida especial de Tu misericordia y de Tu gracia. ¡Que yo alcance misericordia y halle gracia para el oportuno socorro!

Agradecimiento

Gracias por el ejemplo dejado por Esdras, ¡un hombre que apostó todo en Tu Nombre y mostró ser un hombre fiel y de integridad en su ministerio para Ti! ¡Ayúdame a imitar su fe!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Esdras 8:23.