Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy Te alabo por Tu divina providencia. Siempre vigilas por los asuntos de los hombres, y eres fiel, siempre protegiendo a los que son Tuyos. Mardoqueo dijo a Ester: “¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?” (Est 4:14b). Usaste a Ester para rescatar Tu pueblo, y Tuya es la mano invisible que protege mi vida. ¡Te adoro y exalto Tu Nombre! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste la primera parte de la historia de Ester. Los acontecimientos en la historia sucedieron más de 30 años después de la reedificación del templo y cerca de 25 años antes de que Esdras guiara al segundo grupo de desterrados que regresaron a Jerusalén. Asuero, rey del Imperio Persa, estaba en Susa presidiendo un banquete suntuoso para los príncipes, nobles y comandantes militares. Es probable que el banquete era una celebración por su reciente victoria en Egipto, y que él quisiera inspirar confianza para sus próximas campañas militares contra los griegos. Ester, una huérfana bajo el amparo de su tío Mardoqueo, pasó al primer plano cuando Asuero depuso a la reina Vasti por haber desafiado su mandato. Esta parte de la historia es muy aleccionadora. Primero, me muestra que Tú tienes un plan para mi vida. Tu plan para Ester era que usara su influencia para cambiar la mente de Asuero con respecto a los judíos. Tu plan para mi es que yo use mi influencia para cambiar las mentes de los perdidos con respecto a Tu Hijo, Jesucristo. Ester desempeñó un papel crucial en la salvación de los judíos, y como discípulo Tuyo, desempeño un papel importante en Tu plan para salvar al mundo. Todos los días, ¡tengo la oportunidad para ser testigo en un mundo perdido de Tu gracia que los puede salvar! Segundo, me enseña que con frecuencia no tendré ningún control sobre las circunstancias de mi vida. Dudo que Ester alguna vez soñara que llegaría a ser reina del imperio persa. Ella se debía adaptar a la situación imprevista en que se halló, y tenía que confiar en Ti para protección e instrucción. Es lo mismo para mí. Tengo la responsabilidad de tomar decisiones sabias y santas, pero las circunstancias pueden cambiar súbitamente, y por eso, debo siempre tener mi mano segura en la Tuya. Tercero, me muestra que eres completamente capaz de cuidarme no importa la situación. El texto dice: “Y Ester hallaba favor ante los ojos de cuantos la veían” (Est 2:15). Cuando confío en Ti y Te obedezco, eres fiel al bendecirme y me das favor ante los ojos de los demás. Esto hace que yo sea una luz que brilla para Tu gloria en este mundo.

Reflexión

Tú dijiste: “…Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela” (Est 2:20). Ester había crecido siendo obediente a su tío, y este hábito piadoso le ayudó a someterse a su liderazgo cuando realmente importaba. Esto me enseña qué importante es obedecer a las autoridades en mi vida, porque si no me someto a quien he visto, ¿cómo podré someterme a Ti que no he visto? (v. 1 Jn 4:20).

Petición

Padre, dame el coraje y la perseverancia de Ester. Ayúdame a imitar el ejemplo que ella dejó al depender completamente de Ti. Que yo siempre esté dispuesto a decir “…y si perezco, perezco” (Est 4:16).

Agradecimiento

Gracias por usar a una joven como Ester para llevar a cabo Tu voluntad. Me anima para hacer todo lo que pueda para Ti, ¿porque quién sabe si me darás alguna tarea importante?

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Ester 4:14.