Querido Padre Celestial,

Alabanza

Canto Tu alabanza con el remanente de Israel: “Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel” (Esd 3:11). De veras, “grandes cosas” has hecho conmigo, y estoy alegre. Eres el Dios que restaura: “Los que siembras con lágrimas, segarán con gritos de júbilo” (Sal 126:3, 5). Te complaces en llenar mi boca de risa y mi lengua de gritos de alegría. Eres bueno, ¡y Tu misericordia es para siempre! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste como el remanente encontró oposición mientras trabajaban para reedificar Tu templo. La resistencia provino de los inmigrantes asirios que se habían mudado a Israel después de la caída del reino de norte. Ellos adoraban a los falsos dioses, pero también comenzaron a adorarte a Ti, porque ellos creían que Tú eras el dios de la tierra (2 R 17:32–33). Con el tiempo, se habían casado con los judíos, y sus descendientes fueron llamados los samaritanos, un grupo racialmente y religiosamente mestizo. Cuando ellos vinieron ante Zorobabel para ayudar con la construcción, él rechazó su oferta de ayuda porque no Te adoraban exclusivamente. Esto me enseña que no debo unirme con los que afirman ser cristianos, pero cuyas vidas no están de acuerdo con Tu Palabra (2 Co 6:14–18). Cuando Zorobabel rechazó su oferta, los inmigrantes asirios decidieron oponerse al remanente y trataron de intimidarlos para que cesaran el trabajo en el templo. Los judíos abandonaron el trabajo, y casi nada sucedió por más de 16 años. Entonces mandaste a Hageo que predicara al remanente: “Esperan mucho, pero hay poco; y lo que traen a casa, Yo lo aviento.” “¿Por qué?” declara el Señor de los ejércitos. “Por causa de Mi casa que está desolada, mientras cada uno de ustedes corre a su casa” (Hag 1:9). Esto me muestra que debo poner primero Tu Reino y buscar Tu gloria en vez de la mía propia. Si hago esto, me bendecirás y prosperarás la obra de mis manos. El mensaje de Hageo los sacó de su complacencia y de su miedo, y reanudaron el trabajo en el templo. La resistencia también continuó, proviniendo del gobernador Tatnai, pero Zacarías junto con Hageo animaron al pueblo para que siguiera su trabajo. El pueblo perseveró, y pocos meses después, el rey Darío hizo un decreto que mandó que Tatnai les ayudara en la obra. Esto me enseña que cuando Te sigo fielmente y trabajo mucho para cumplir Tu voluntad, puedes transformar la resistencia en ayuda.

Reflexión

El remanente se engañó a sí mismo al creer que eran santos solo porque estaban edificando Tu templo. Hageo les recordó que no es así; es la pecaminosidad, no la santidad, la que es contagiosa (Hag 2:10–19). ¿Me engaño a mí mismo al creer que estoy en una relación contigo solo porque estoy involucrado en algún tipo de ministerio?

Petición

Padre, le advertiste al remanente que no fueran como sus padres que resistieron Tu gracia y que se burlaron de Tu mensaje. ¡Guárdame de esa misma maldad! Ayúdame a dar la bienvenida a cualquier instrucción de Tu Espíritu Santo.

Agradecimiento

¡Cuánto Te agradezco que estás dándome un reino que es inconmovible! (Hag 2:6; He 12:28) Te ofrezco a Ti “un servicio aceptable con temor y reverencia”, porque Tú eres fuego consumidor. ¡Te alabo, Señor!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Esdras 6:14.