Querido Padre Celestial,

Alabanza

La alabanza verdaderamente será el lenguaje de la eternidad—Isaías profetizó un día en que un “Camino de Santidad” conducirá hasta Tu trono. “Volverán los rescatados del Señor, entrarán en Sion con gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido” (Is 35:10). ¡Espero con gozo ese día en que cantaré Tus alabanzas con ellos!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste la conclusión del “Libro de los Ayes” de Isaías (Is 28–33). Isaías declaró un “ay” sobre los que buscaban a Egipto por ayuda. ¿Por qué fue pecaminoso que Judá buscara la ayuda de otras naciones? Primero, estaban confiando en otros hombres en lugar de confiar en Ti—el resultado sería desastre para ambos Judá y Egipto. Segundo, estaban violando Tu estipulación de que no regresaran a Egipto por ayuda o fuerza militar (v. Dt 17:16). Tercero, y lo más importante, estaban rechazando Tu llamamiento al arrepentimiento. Cuando un pueblo está rebelándose contra Ti, lo último que quiere hacer es humillarse y admitir que sus problemas son las consecuencias de sus propias decisiones. Dios no pasó por alto a Asiria—Isaías proclamó un “ay” sobre ellos también. Tan pronto que concluyera su tarea de destrucción, ellos mismos serían destruidos (Is 33:1). También me dijiste la profecía de Isaías sobre el venidero “Día del Señor” y el reinado milenario de Jesucristo (Is 34–35). Isaías habló de un día en que los cielos se enrollarán como un pergamino—un acontecimiento conectado con la Segunda Venida de Jesucristo (v. Mt 24:29). Después de que termine Tu juicio contra las naciones, transformarás Sion en un jardín floreciente. Isaías dijo que esta verdad debe animarme y fortalecerme para seguir en la fe (Is 35:3; He 12:12). Me queda el consuelo de que viene un día cuando la santidad reinará y la maldad será vencida para siempre.

Reflexión

Isaías habló vez tras vez del futuro lejano como si actualmente fuera pertinente. Creo que lo que estaba diciendo era que Tu triunfo final sobre la maldad debería convencerme de unirme contigo, porque Tú sobrevendrás.

Petición

Padre, ten piedad de mí; en Ti he esperado. Sé mi fortaleza cada mañana, también mi salvación en tiempo de angustia (Is 33:2).

Agradecimiento

Gracias por las palabras alentadoras de Isaías—“Esfuércense, no teman, pues su Dios viene con venganza; la retribución vendrá de Dios mismo, mas Él los salvará” (Is 35:4).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Isaías 33:22.