Querido Padre Celestial,

Alabanza

La historia de Eliseo y la mujer del profeta acontece en medio de la gran historia de los reyes de Israel y de Judá, y me enseña que a Ti te importan los problemas de una viuda tanto como los asuntos de una nación. Te deleitas en sostener a los afligidos y en rescatar a los oprimidos. Eres un Dios amable, y Te adoro hoy con gozo y alegría. “¡Aleluya! Oh alma mía, alaba al Señor” (Sal 146:1).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre el traslado de Elías hacia los cielos y el comienzo del ministerio de Eliseo. Elías alcanzó a ver a Acab recompensado por el homicidio de Nabot, y a ver la muerte del hijo de Acab, Ocozías. Ocozías “anduvo en el camino de su padre” y “provocó a ira al Señor, Dios de Israel, conforme a todo lo que había hecho su padre”. Por eso, no creo que fuera sólo un accidente cuando Ocozías se cayó por la ventana de su aposento alto y fue gravemente herido. Lo considero una misericordia severa, porque cuando la muerte se acerca, muchas personas se vuelven a Ti en un espíritu de arrepentimiento. Pero en lugar de pedir Tu ayuda, Ocozías consultó a Baal. Aún en ese momento seguiste misericordioso; enviaste a Elías para advertirle que “ciertamente [moriría]”. Ocozías no se dio cuenta de la verdad de que todavía le tendías la mano, recordándole que eras el único verdadero Dios, y animándolo a que se arrepintiera y se volviera a Ti. En lugar de estar agradecido por Tu misericordia, Ocozías envió sus hombres para prender a Elías, y más de 100 de ellos murieron antes de que respetaran a Elías por ser el siervo de Dios viviente. ¡Si Ocozías tenía dudas sobre Tu poder, los cadáveres carbonizados de sus soldados las disiparon! Finalmente Elías apareció ante Ocozías para reprocharlo por su idolatría. Pero el rey se negó a arrepentirse y murió poco tiempo después. Acab le había dado un ejemplo malvado a su hijo, y Ocozías siguió sus malvados pasos fielmente. Qué trágico cuándo los padres dirigen sus hijos en el camino de la destrucción, ¡y qué triste cuándo los hombres se niegan a arrepentirse ante una muerte segura! En ese mismo año, llevaste a Elías al cielo en un carro de fuego—convirtiéndolo en uno de los dos hombres que han sido llevados al cielo sin ver la muerte (Enoc, Gn 5:24). Antes de ser llevado, Elías probó el compromiso de Eliseo con él y con el llamamiento como su heredero. Eliseo se negó a permanecer atrás mientras que Elías continuó su viaje solo, y mostró ser tan dedicado como su amigo y maestro. De hecho, heredó una “porción doble” del espíritu de Elías, e inmediatamente comenzó un ministerio poderoso en la nación de Israel. ¡Estabas lejos de terminar Tus tratos con un Israel rebelde!

Reflexión

¡Qué contraste de Elías y Eliseo con Acab y Ocozías! Los profetas nos proveen un ejemplo inspirador de qué quiere decir “pasar la antorcha de fe” a la siguiente generación.

Petición

Padre, ayúdame a dar ejemplo santo a mi familia y a los amigos que puedo influenciar. Que vean Tu Espíritu en mí y que anhelen seguirme a mí como yo sigo a Cristo.

Agradecimiento

Gracias por proveer diariamente para todas mis necesidades, y por las muchas bendiciones que me das. Pero más que nada, ¡gracias por otorgarme la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de mi Señor Jesucristo!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 2 Reyes 4:3.