Querido Padre Celestial,

Alabanza

Después de casi 900 años, Jesús recordó la historia de Elías y la viuda de Sidón al pueblo de Nazaret—“De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra” (Lc 4:24 RVR60). Leo estas palabras y digo: “Jesús, ¡siempre eres acepto en mi hogar y en mi corazón!” Te adoro hoy— ¡enviaste a Tu Siervo para proclamar la libertad a los gentiles tanto como a los judíos! (Is 61:1–2a).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre los reinados de Josafat y Acab. Con tristeza me enteré que Asa, el padre de Josafat, pasó sus años finales preparando su tumba en lugar de su corazón (2 Cr 16:12, 14). Afortunadamente, Josafat Te siguió y obedeció Tus mandatos. Él aún mandó que la ley se enseñara por todas las ciudades de Judá. Esto me muestra que cuando uno ama la Palabra de Dios, quieres compartirla con otros. Bendijiste a Josafat y lo hiciste rice y poderoso, pero él no se hizo soberbio. Él sabía que Tú fuiste la fuente verdadera de su éxito. Mientras que Josafat Te adoraba en el sur, Acab estaba sirviendo a otros dioses en el norte. Hizo aún más maldad que había hecho Jeroboam; no contento solo con adorar ante los becerros de oro, y llevó a Jezabel y sus baales a Samaria. Baal era el dios de la lluvia y de la cosecha abundante, y es fácil imaginar cómo Elías sorprendió a Acab al decirle que no llovería hasta que él diera la orden. ¡Habías decidido demostrar ante un Israel idólatra que Tú eres el único verdadero Dios de los cielos! Muchas veces, es fácil creer que Elías fuera sobrehumano, pero Santiago dijo él era exactamente como soy yo—él es un ejemplo del gran poder que viene cuando una persona santa ora según Tu voluntad (Stg 5:16–17).

Reflexión

Elías miró mientras el arroyo Querit se secaba, pero no salió hasta que Tú le ordenaste que se fuera para Sarepta. ¿Estoy dispuesto a quedarme donde me has puesto incluso cuando mis circunstancias empeoran poco a poco?

Petición

Padre, ayúdame a permanecer fiel a Tu voluntad incluso cuando hay solo problemas en mi vida. Recuérdame que me cuidarás como cuidaste a Elías.

Agradecimiento

Gracias por contarme la historia de la viuda de Sarepta—ella es un ejemplo conmovedor de lo que yo también puedo hacer cuando hago un paso en la fe y en la obediencia a Tu palabra.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 1 Reyes 17:24.