Querido Padre Celestial,

Alabanza

Tú dijiste: “El Señor no permitirá que el justo padezca hambre, pero rechazará la avidez de los impíos” (Pr 10:3). Qué contraste de deseos—los malvados están obsesionados con satisfacer los deseos de la carne, pero los santos se dedican a agradar a Tu Espíritu Santo. Como dijo Jesús: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados” (Mt 5:6). Te adoro hoy por ser el Dios que satisfaces a los que Te temen. ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me contaste más de los proverbios de Salomón. Muchos de ellos hicieron que yo considerara lo que digo a otros. Un proverbio que me llamó la atención fue Proverbios 10:19: “En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, pero el que refrena sus labios es prudente”. Esto me enseña que las palabras son como las ovejas—cuántas más hay, mayor la probabilidad de que algunas de ellas se desvíen. Si soy sabio, aprenderé cómo callarme. Esto significa que tengo que practicar autocontrol; quiere decir hablar menos y escuchar más. Tengo que pensar antes de hablar y no dejar escapar la primera cosa que viene a mi mente. Significa que tengo que resistir el deseo de siempre contar la mejor historia o el chiste más gracioso. Quiere decir que considero al otro como más importante que a mí mismo (v. Fil 2:3). Si refreno mi lengua, mis palabras serán como “plata escogida” (Pr 10:20). Pueden llevar al oyente sabiduría, ánimo, y esperanza. Verdaderamente, “los labios del justo dan a conocer lo agradable, pero la boca de los impíos, lo perverso” (Pr 10:32).

Reflexión

Normalmente pienso de la amabilidad y la crueldad como maneras diferentes de tratar a los demás. Pero Tú dijiste: “El hombre misericordioso se hace bien a sí mismo, pero el cruel a sí mismo se hace daño” (Pr 11:17). Estás diciéndome que lo que se siembra, se cosecha. No puedo tratar a mi vecino con crueldad sin crear problemas para mí mismo.

Petición

Padre, dijiste que hay “quien reparte, y le es añadido más, y hay quien retiene lo que es justo, sólo para venir a menos” (Pr 11:24). Enséñame cómo ser generoso con lo que me has dado, y ayúdame a usar Tus bendiciones para animar a los demás.

Agradecimiento

Gracias por recordarme que pase lo que pase en esta vida, “el que siembra justicia recibe verdadera recompensa” (Pr 11:18).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Proverbios 10:17.