Querido Padre Celestial,

Alabanza

Cuando Asaf estaba en angustia, se acordó de Tus hazañas: “Santo es, oh Dios, Tu camino; ¿Qué dios hay grande como nuestro Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas, has hecho conocer Tu poder entre los pueblos. Con Tu brazo has redimido a Tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José” (Sal 77:13–15). Decido volver mis pensamientos desde la preocupación hasta la alabanza, y Te alabo por Tu poder, protección, y amor. ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me contaste acerca de algunos de los salmos de Asaf. Asaf era un músico levita que desempeñó un papel importante en los tiempos de adoración durante el reinado de David, y cuyos descendientes siguieron como una familia de músicos (Esdras 3:10). En el salmo 73, Asaf describió cómo fue tentado a ser codicioso de los impíos: “No sufren penalidades como los mortales, ni son azotados como los demás hombres. Los ojos se les saltan de gordura; se desborda su corazón con sus antojos. Miren, estos son los impíos, y, siempre desahogados, han aumentado sus riquezas” (Sal 73:5, 7, 12). La prosperidad de los malvados era especialmente irritante porque Asaf estaba sufriendo: “Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón y lavado mis manos en inocencia. Pues he sido azotado todo el día y castigado cada mañana” (Sal 73:13–14). Sin embargo, Asaf tenía suficiente sentido para controlar sus emociones, y no criticó a los otros creyentes (v. 15). En lugar de eso, fue para Tu casa y Te adoró. En ese momento, se dio cuenta de la verdad: “Ciertamente Tú los pones en lugares resbaladizos; los arrojas a la destrucción. ¡Cómo son destruidos en un momento! Son totalmente consumidos por terrores repentinos” (Sal 73:18–19). Asaf me enseña que “Porque los que están lejos de Ti perecerán… Pero para mí, estar cerca de Dios es mi bien” (Sal 73:27–28).

Reflexión

En el salmo 50, Asaf escribió de Tu reproche severo de Israel por su hipocresía e infidelidad. El pueblo fingía adorarte, pero sus corazones estaban lejos de Ti. ¿Viene mi alabanza de un corazón puro? ¿Tengo cuidado de “ordenar bien mi camino”?

Petición

Padre, ayúdame a adorarte con un amor sincero y una devoción real, no por costumbre ni por conformidad. Capacítame para ofrecerte sacrificios de alabanza y agradecimiento que Te complazcan.

Agradecimiento

Te doy gracias, oh Dios, pues cercano está Tu nombre (Sal 75:1). A uno humillas y a otro ensalzas, y eres justo en todo lo que haces. “Pero yo lo anunciaré para siempre; cantaré alabanzas al Dios de Jacob” (Sal 75:9).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Salmo 73:1.