Querido Padre Celestial,

Alabanza

“Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son Tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien” (Sal 139:2–14 RVR60). Me conoces desde la cabeza hasta los pies— ¡y me amas! ¡Te alabo, Señor!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me contaste más de los salmos de David. Algunos de ellos son parte de una colección de quince salmos (120-134) que lleva el título “Cánticos del Ascenso Gradual”. Es probable que estas canciones se cantaran por los que ascendían al monte para llegar a Jerusalén para las tres fiestas anuales. Por eso, son cánticos de peregrinaje, cánticos que expresan sus expectativas gozosas al pensar en adorarte. El salmo 122 proclama el entusiasmo del peregrino de llegar a Jerusalén: “Yo me alegré con los que me decían: ‘A la casa de Jehová iremos’”. Al llegar, el peregrino ofrece una oración por la paz de la ciudad: “Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.” ¡Qué apropiado es orar por la seguridad del lugar donde tengo la libertad para adorarte! El salmo 124 reflexiona sobre los muchos peligros que Israel enfrentó a lo largo de los años por los que querían destruir su nación: “Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra”. Esto me anima a no olvidar Tu ayuda en el pasado y descansar sobre Tu promesa en el futuro. El salmo 131 habla del peregrino que ha rechazado la soberbia y la pretensión y ha acallado su alma delante de Ti: “como un niño destetado está mi alma dentro de mí”. Qué ilustración tan bella del contentamiento que se encuentra cuando me rindo a Tu voluntad. El salmo 133 celebra la comunión de los santos: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” Esto me recuerda cuán importante es hacer completo el gozo de Jesucristo por estar unidos en espíritu con mis hermanos creyentes (Fil 2:2).

Reflexión

Los salmos “Cánticos de Ascenso Gradual” desafían mi perspectiva sobre asistir a la iglesia. ¿Estoy feliz cuando entro a la iglesia para adorarte? ¿Tomo el tiempo para preparar mi corazón para buscarte?

Petición

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Sal 139:23–24).

Agradecimiento

“Te alabaré con todo mi corazón; me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad” (Sal 138:1–2).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Salmo 140:13.