Querido Padre Celestial,

Alabanza

David siempre se mostró amable con sus enemigos—lamentó las muertes de Saúl y Abner y les dio gracias a los hombres de Jabes Galaad por haber enterrado el cuerpo de Saúl. Su actitud para con sus enemigos refleja Tu propia bondad. Tratas a los que se oponen a Tu voluntad con misericordia y a los que no se arrepienten con paciencia sufrida. Demostraste Tu “amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Ro 5:8). ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo David llegó a ser rey de Judá mientras que Isboset se hizo rey de Israel. David mostró gran moderación después de la muerte de Saúl. No se proclamó rey; en lugar de eso, Te pidió que le dijeras que debería hacer en ese momento. Le ordenaste que fuera a Hebrón, y se quedó en ese lugar por siete años y medio. Esto me enseña la importancia de pedir Tu consejo antes de tomar una decisión. Aun cuando yo sé que algo es parte de Tu voluntad para mí, necesito esperar Tu tiempo en lugar de hacerlo cuando yo quiero. Los años pasaron y aunque la casa de Saúl hacía guerra contra la casa de David, él no hizo ningún esfuerzo para llevar a sus hombres para luchar en contra de sus hermanos israelitas. La actitud de David que se ve aquí es maravillosa—Saúl lo había perseguido por muchos años, intentando vez tras vez asesinarlo, pero David no estaba lleno de odio ni del deseo de destruir la familia de Saúl. Su actitud tenía un marcado contraste con la de Joab, que estaba obsesionado por vengarse a la muerte de su hermano. Joab mató a Abner en la primera oportunidad que tuvo, y su hecho egoísta puso en riesgo las negociaciones pacientes de David con Isboset. Solo la pesadumbre sincera de David al enterarse de la muerte de Abner salvó a Israel de más derramamiento de sangre. Esto me enseña qué importante es promover la paz y la reconciliación, y dejar la venganza en Tus manos capaces.

Reflexión

David reprochó a Joab por lo que había hecho y lo forzó para que lamentara sobre el sepulcro de Abner, pero no castigó a su sobrino según Tu ley (v. Nm 35). ¿Estoy dispuesto a obedecer Tu voluntad incluso cuando tiene que ver con el pecado de mis propios parientes?

Petición

Padre, no es fácil ser amable con los desagradables y rencorosos. Por favor, ayúdame a mostrar Tu amor y Tu bondad a los que me tratan con desprecio.

Agradecimiento

Gracias por ser amable conmigo cuando yo no merecía Tu amor. ¡Estoy tan agradecido porque tengo el privilegio de haber gustado “la benignidad del Señor” (1 P 2:3)!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: 2 Samuel 3:39.