Querido Padre Celestial,

Alabanza

Te alabo hoy—eres un Dios que me confronta en mi pecado y me llama al arrepentimiento. Si me alejo de Tu lado, eres fiel en Tus señales y avisos para volverme del camino cuyo destino es la destrucción. Qué maravilloso es servir a un Dios que corrige y disciplina a Sus hijos en amor. Te adoro hoy y exalto Tu Nombre. ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre el comienzo del declive de Israel hacia la apostasía. Si el tema central del libro de Josué es “Victoria por la Fe”, el tema principal de Jueces sería “Fracaso por Pecar”. Después de la muerte de Josué, Judá empezó una campaña militar para tomar posesión de su territorio. Junto con Simeón, conquistaron las tierras altas y bajas, y Caleb fue victorioso en Hebrón. Sin embargo, este comienzo exitoso fue muy pronto opacado por la desobediencia—no arrojaron a todos los cananeos de la tierra. Las otras tribus tampoco obedecieron Tu orden, y finalmente Tú los confrontaste en Boquim—“¿Qué es esto que has hecho?” El fracaso de Israel llevó todas las características de un corazón que se justifica en su pecado: (1) tenían más miedo de los enemigos que de Ti, (2) preferían cohabitar con los pecadores en vez de conquistarlos, (3) se volvían atrás cuando encontraban resistencia, y (4) justificaban sus acciones en vez de admitir sus errores. Esto me enseña que cuando me niego a tratar el pecado sin piedad, llegará a ser una espina en mi costado y un tropezadero para mis pies (Jue 2:3). El pueblo levantó su voz y gimió en Boquim, pero su dolor no duró mucho tiempo. Después de poco, comenzaron haciendo lo correcto en sus propios ojos. Primero una familia, y luego un levita, y finalmente toda una tribu dejaron el camino de justicia y entraron en el error de vivir una vida egocéntrica. Se metieron en el atolladero del sincretismo religioso, el relativismo moral y el materialismo codicioso. Esto me enseña que los que dejan el camino angosto de Tu verdad caen en los peligros, la decepción, y finalmente la destrucción.

Reflexión

Dudo que jamás hubieran imaginado Miqueas y su madre que su ídolo de plata sería adorado por toda la tribu de Dan por generaciones. ¡La idea de que nuestros pecados secretos pueden llegar a ser el tropezadero público de nuestra familia y nuestros amigos me da en que pensar!

Petición

Padre, lo que me dijiste hoy es muy conmovedor y doblo mis rodillas delante de Ti. Ayúdame a dejar todo pecado y rechazar las tentaciones del enemigo. No quiero que me digas nunca: “¿Qué es esto que has hecho?”

Agradecimiento

Gracias por advertirme de los peligros de tener un corazón que se justifica al pecar. ¡Puedo evitar el peligro de la apostasía por observar y por aprender de los errores de Tu pueblo!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Jueces 17:6.