Querido Padre Celestial,

Alabanza

La comunión contigo viene con un alto precio; el sacrificio y la sangre derramada se exigen para llevarme a Tu Presencia. Sabiendo que yo no podría pagarlo, en Tu misericordia, ofreciste a Tu Hijo para ser mi sacrificio. ¡Eres muy digno de toda gloria, honra y alabanza! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Otro paso al preparar la entrada en Canaán era anotar todo sacrificio que habías ordenado que ofrecieran los sacerdotes por la nación durante el año. Cada año, los sacerdotes sacrificaban 113 novillos, 32 carneros y 1.086 corderos y más de una tonelada de harina y mil botellas de aceite y vino. ¡Es claro que Israel estaba destinado a ser una prospera comunidad agrícola! Los holocaustos diarios representaban la comunión diaria entre Ti y el pueblo, mientras que las ofrendas semanales y mensuales proveían ocasiones de comunión aún más profunda. Las tres fiestas anuales eran ocasiones de celebración, reuniones familiares para Israel. Ordenaste estos sacrificios para recordar al pueblo que la clave para vencer a Canaán y disfrutar una prospera vida en la tierra prometida era la comunión constante contigo. Esto me enseña que la adoración a Ti debe ser el centro de mi vida; debo hacer todo lo posible para hacerla una parte integral de mi actividad diaria. También diste a Israel leyes sobre los votos. Un voto era una promesa solemne a Ti por lo cual la persona prometía hacer algo en el futuro. A Ti, Te importaban mucho, y después de ser hecho, el voto no podía ser deshecho sin consecuencias. Solo los votos de las hijas solteras y mujeres casadas podrían ser anulados por sus padres o esposos respectivamente. Esto me enseña que las promesas hechas a Ti no se deben tomar a la ligera, y debo guardar mi palabra con cuidado. Años después, Jesús reprochó a los judíos por haber roto su palabra con la excusa de las palabras usadas en su voto (Mt 5:33–37). La conclusión: “Antes bien, sea el sí de ustedes, sí, y su no, no” (Mt 5:37; Stg 5:12).

Reflexión

Tú mismo has iniciado la comunión con el hombre, y has establecido las condiciones para esa relación. Actualmente, muchos quieren tener comunión sin compromiso y relación sin responsabilidad.

Petición

Padre, imprime en mí la importancia de hablar la verdad y guardar mis promesas. Cuando doy mi palabra, ayúdame a ser fiel, incluso cuando sea personalmente inconveniente o costoso (Sal 15:4).

Agradecimiento

¡Gracias por proveerme un medio por el cual puedo tener comunión diaria contigo! Mediante la preciosa sangre de Cristo, puedo acercarme con confianza al Lugar Santísimo y adorarte.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Números 30:2.