Querido Padre Celestial,

Alabanza

Te alabo hoy; eres un Dios que cumple Tus promesas. Dijiste a Balac: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá? (Nm 23:19). Es imposible que Tú mientas, y Tu palabra es un ancla segura y firme de mi alma (He 6:13–19). ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo Balac, el rey de Moab, pidió que Balaam, un famoso hechicero, maldijera a los israelitas. Balac envió una delegación de líderes para mostrar la seriedad de su petición, y Balaam les invitó a quedarse hasta que pudiera conocer Tu voluntad. Le dijiste claramente: “No vayas con ellos; no maldecirás al pueblo, porque es bendito” (Nm 22:12). Entonces Balaam rehusó acompañarlos. Pero Balac no aceptó el “No” de Balaam como respuesta, y envió a él una delegación de líderes más importantes y le ofreció un cheque en blanco por sus servicios. Al principio, parecía que Balaam era leal y obediente a Ti. Pero su próxima acción reveló el orgullo y codicia que habían en su corazón: “Pero, les ruego que permanezcan aquí también esta noche, y sabré que más me dice el Señor” (Nm 22:19). Balaam codició el dinero que le ofrecía Balac, ¡y esperaba que cambiaras Tu decisión! Permitiste que Balaam fuera con ellos para probarlo. Cuando salió Balaam, estuviste enfadado; Balaam sabía que no habías cambiado Tu decisión (Nm 22:20), pero quería la notoriedad y las riquezas que le ofrecía Balac. Podrías haber matado a Balaam, sin embargo le mostraste misericordia; su asna salvó su vida. Aun así, ¡todavía quiso ir a Balac (Nm 22:34b)! Permitiste que siguiera, pero lo usaste para bendecir a Israel y enseñar a Balac qué clase de Dios eres Tú.

Reflexión

Balaam y Finees presentan un fuerte contraste; ¿deseo yo notoriedad y riquezas más que obedecer Tu voluntad? ¿Estoy dispuesto a romper vínculos con los que me llevarían al pecado?

Petición

Padre, dame celo por Tu Nombre (Nm 25:11). Ayúdame a odiar el pecado y ser firme, resistiendo a las personas que llevan a otros a la tentación.

Agradecimiento

Gracias por Tu misericordia; no quieres que nadie perezca. Incluso dejaste que hablara el asna de Balaam en un esfuerzo por llevarlo al arrepentimiento. De veras, Tu amor es para siempre.

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Números 25:11–13