Querido Padre Celestial,

Alabanza

¡Qué maravilloso es considerar que Tú, el gran Dios del universo, estuviste dispuesto a morar en una tienda! No por solo un mes o un año, sino por siglos; muchos años después le dijiste a David que ni aun una sola vez durante la época de los jueces pediste, “¿Por qué ustedes no Me han edificado una casa de cedro?” (2 S 7:7). Qué Dios generoso y amable eres; me uno a David al decir: “Tú eres grande; pues no hay nadie como Tú, ni hay Dios fuera de Ti” (2 S 7:22).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre cómo se hacían las vestiduras sagradas. Eran vivas, llenas de colores, y la túnica llevaba campanillas de oro puro en el borde inferior. Esto me enseña que adorarte es más que ceremonia y solemnidad; también debe incluir gozo y alegría. Una vez que las vestiduras estuvieron completas, el Tabernáculo fue terminado. El pueblo lo mostró a Moisés y él examinó cuidadosamente la obra, y “…vio que la habían llevado a cabo. Tal como el Señor había ordenado, así la habían hecho. Y Moisés los bendijo” (Ex 39:43). Qué recuerdo tan bello de que al final de la obediencia está la bendición de Dios. Les diste instrucciones para levantar el Tabernáculo y Moisés las siguió perfectamente. Cuando fue levantado, Tu nube cubrió la tienda, y Tu gloria llenó el Tabernáculo. Emanuel: ¡Dios con nosotros! ¡Qué maravilloso que descendieras para habitar entre los hombres!

Reflexión

Éxodo 39:42 dice que el pueblo hizo “toda la obra conforme a todo lo que el Señor había ordenado a Moisés”. Es un recuerdo edificante de que la obediencia parcial a Dios es lo mismo que la desobediencia.

Petición

Ayúdame a ser fiel en hacer todo lo que me has ordenado. Si hay alguna área de mi vida que no esté bajo Tu señorío, ¡muéstrame y dame la gracia para obedecerte en todo!

Agradecimiento

Israel fue privilegiado de tener Tu presencia gloriosa en medio de su campamento, pero yo también, por Jesucristo, ¡tengo el privilegio de Tu precioso Espíritu Santo en mi corazón! Gracias por el regalo tan generoso de tal Consolador (2 Co 1:22; Jn 14:16).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Éxodo 39:43