Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy Te alabo por ser un Dios que se da cuenta de la obediencia de sus hijos y que se deleita en ella. El salmista dijo: “Porque el Señor se deleita en Su pueblo; adornará de salvación a los afligidos” (Sal 149:4). El profeta Sofonías dijo: “El Señor tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en Su amor guardará silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo” (Sof 3:17). Te honro y exalto Tu Nombre; ¡de verdad eres digno de mi alabanza!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre la construcción de Tu tabernáculo. Bezalel, Aholiab y los otros artesanos fielmente siguieron Tu diseño y cuidadosamente hicieron cada parte según Tus especificaciones. Su obediencia presenta un claro contraste con el esfuerzo anterior de “construcción”: el becerro de oro. El alto nivel de detalle que nos has provisto revela cuánto Te importaba a Ti su completa obediencia. También muestra la reverencia de los trabajadores; hicieron primero las cortinas para poder cubrir el arca para esconderla y protegerla durante el resto de la construcción. Además, la descripción escrita de la construcción serviría como una guía de mantenimiento para las siguientes generaciones cuando los materiales del Tabernáculo necesitarían reparación o reemplazo. Esto me enseña que , a Ti Te importa lo externo; cuando nos das instrucciones sobre cosas en el mundo físico, esperas nuestra obediencia. También Te das cuenta y respetas los sacrificios que hacemos en cumplir Tu voluntad; es probable que no fuera fácil para las mujeres cuando donaron sus espejos de bronce (Ex 38:8).

Reflexión

Es probable que durante la construcción, uno o más de uno de los artesanos hubiera querido hacer alguna sección del Tabernáculo de una manera diferente de Tu diseño. ¿Sigo obedeciéndote aun cuando creo que yo sepa una manera mejor de cumplir Tu voluntad? (v. 1 S 15:21).

Petición

Padre, dame la gracia para confiar con todo mi corazón en Ti, Señor, y no apoyarme en mi propio entendimiento (Pr 3:5). Ayúdame a decir: “No se haga mi voluntad, sino la Tuya” (Lc 22:42).

Agradecimiento

Mi corazón está lleno de gratitud por Ti, Padre, por Tu maravilloso amor por mí. Gracias por Tu santa e inspirada Palabra; de verdad, es poderosa para salvar mi alma (Stg 1:21).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Éxodo 38:8