Querido Padre Celestial,

Alabanza

Hoy Te alabo por Tu ley; el salmista dijo: “¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Siete veces al día Te alabo, a causa de Tus justas ordenanzas. Mucha paz tienen los que aman Tu ley, y nada los hace tropezar” (Sal 119:97, 164–165). Eres Dios de amor; quieres que sepa cómo amarte con todo mi corazón y cómo amar a mi prójimo como a mí mismo. Exalto Tu Nombre (Tu carácter) el cual se refleja en cada palabra de Tu pacto.

Hoy en Tu Palabra

Hoy leí la primera parte del “Libro del Pacto” (v. Ex 24:4–8) en el que se presentan las leyes y mandatos que le diste a Moisés en el Monte Sinaí. Estas leyes pretendían gobernar el comportamiento de Tu pueblo, mostrándole cómo adorarte y amarte apropiadamente, y cómo amarse el uno al otro. Comenzó con una mención de los dos primeros mandamientos seguida por instrucciones sobre la construcción del altar; ambas cosas señalaban la prioridad de adoración en Tu pacto. Entonces les diste reglas que protegerían a los que frecuentemente fueran maltratados o explotados, los esclavos (Ex 21:1–11). Autorizaste la pena capital por algunos delitos, y enfatizaste el valor de la vida humana (Ex 21:12–32). Aprobaste el derecho de tener bienes personales, protegiste a propietarios por exigir restitución por robos y daños accidentales a bienes (Ex 21:33–22:17), y mandaste que la perversión sexual se castigara con la muerte (Ex 22:18–20).

Reflexión

Tu pacto con Israel hace claro que Tú exiges que yo tome responsabilidad personal por mis acciones (Ex 21:29–36; 22:5–6). ¿Amo a mi prójimo al considerar cómo mis decisiones le afectarían?

Petición

Padre, junto con el salmista te pido: “Dame entendimiento para que guarde Tu ley y la cumpla de todo corazón” (Sal 119:34). Ayúdame a vivir una vida “que te agrade completamente” (Col 1:10).

Agradecimiento

¡Gracias por el maravilloso regalo de Tu ley! Tu palabra me guardará del pecado; porque “lámpara es a mis pies Tu palabra y luz para mi camino” (Sal 119:11, 105). “Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos.” (Sal 119:56 RVR60).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Éxodo 20:22–23