Querido Padre Celestial,

Alabanza

Te alabo por ser el Dios soberano: endureces a los que obstinadamente rechazan Tu voluntad, pero eres misericordioso hacia los que creen y aceptan Tu llamado a salvación. Faraón es ejemplo de alguien que endureció su corazón contra Ti, y le diste lo que más quería: la habilidad para resistirse a Ti, sin importar el costo. Nos has concedido la libertad para tomar decisiones, y respetas nuestras elecciones. ¡Ojalá que mis decisiones siempre den gloria a Tu Nombre! ¡Aleluya!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste cómo Moisés y Aarón se enfrentaron a Faraón y le ordenaron que dejara ir a los israelitas de Egipto. Su reacción era hostil y sarcástica: “¿Quién es el Señor para que yo escuche Su voz y deje ir a Israel?” (Ex 5:2). Según Faraón, tal petición demostró cuán perezosos eran los israelitas; ¡claramente necesitaban más trabajo! Él cesó de proveer la paja para hacer ladrillos, pero mandó que todavía cumplieran la misma cuota de ladrillos. Los jefes reprocharon a Moisés, y él se quejó amargamente contigo: “¿Por qué me enviaste?” Es claro que Moisés esperaba resultados más rápidos y menos problemas. Esto me enseña que no debo sorprenderme cuando Tus promesas para hacer algo bueno en mi vida conlleven sufrimiento, dificultades, o tropiezos. Permites estos problemas porque necesito aprender a soportar la dificultad, confiando en que haces lo mejor para mí. Mi responsabilidad es someterme a Tu voluntad, honrarte en mi actual situación, esperar Tu tiempo, y no olvidar que no me abandonarás. Enviaste a Moisés a los israelitas con un mensaje de ánimo: “Los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios” (Ex 6:6). Mandaste que echaran sus dioses falsos y que te adoraran solo a Ti, pero se negaron a obedecerte (Ez 20:5–9). Los habías llevado al umbral de los milagros más grandes de la historia humana, y no cambiarían por poca tribulación; ¡es una lección que me da en que pensar! Soportaste su pecado por amor de Tu Nombre, y llamaste a Moisés para que tomara acción de nuevo. Moisés y Aarón hicieron un milagro ante Faraón, pero sus hechiceros hicieron lo mismo por sus ciencias ocultas, y él endureció su corazón exactamente cómo habías predicho.

Reflexión

A veces, dar tu mensaje claro a alguien resulta en su rebelión. Un buen líder aprende cómo ver más allá de esos tropiezos y sigue proclamando la verdad.

Petición

Padre, ayúdame a no enojarme ni estar rencoroso cuando paso por días de tribulaciones y pruebas. Recuérdame que estas dificultades son diseñadas para afinar mi carácter como el oro.

Agradecimiento

¡Gracias por Tu paciencia hacia personas obstinadas! ¿Qué esperanza existiría para nadie sin Tu gran paciencia y perdón? ¡Te alabo, Señor!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Éxodo 7:5.