Querido Padre Celestial,

Alabanza

Abraham nombró el lugar adonde fue para sacrificar a Isaac: “El SEÑOR Proveerá” (Gn 22:14). Cuán manera maravillosa de conmemorar tu amor y misericordia; proveíste un carnero en lugar de Isaac, y muchos años después proveíste a tu único Hijo, Jesús, en lugar del mundo entero. ¡Aleluya, qué Salvador!

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste sobre el nacimiento de Isaac y cómo probaste la fe de Abraham. Abraham tenía 100 años cuando Isaac nació. El autor de Hebreos dijo que “por la fe” ambos Abraham y Sara recibieron fuerza para concebir (He 11:11). Creían que tú podías cumplir lo que físicamente era imposible, y su creencia se fundó en el hecho que “consideraron fiel a Aquél que lo había prometido”. Los años pasaron e Isaac creció hasta ser un adolescente. En ese momento, decidiste probar la fe de Abraham al pedir que ofreciera a Isaac como sacrificio. Si probaste a Abraham, también me probarás a mí. Pruebas mi fe para refinar mi carácter y para fortalecer los músculos espirituales de perseverancia (v. Dt 8:2–3; Stg 1:2–4). Tu propósito no es dañarme, sino hacerme más como tu Hijo, Jesucristo. Abraham obedeció sin demora; ¡estaba tan seguro que tu cumplirías tu promesa, que levantarías a Isaac aun de la muerte si fuera necesario! (v. He 11:19). ¡Qué ejemplo tan tremendo de qué hacer cuando las circunstancias de la vida parecen contradecir tu promesa! Santiago dijo que Abraham demostró el tipo de fe que nos justifica ante ti: ¡una fe que te obedece! (v. Stg 2:21–24). Justo después de que Abraham ofreció el carnero, tu juraste por Ti mismo que cumplirías tu promesa para bendecirle. Hebreos dice que hiciste eso no solo por Abraham, sino también por mí; “a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (He 6:18).

Reflexión

Pediste a Abraham que sacrificara a Isaac, no porque deseas ni porque justificas el sacrificio humano, sino que querías que Abraham sacrificara a Isaac en su corazón; esta acción demostró que Abraham te amó más a ti que a lo que le habías dado.

Petición

Padre, dame un amor por ti como el de Abraham; que yo nunca tenga ninguna cosa más cerca de mi corazón que tú. En tiempo de prueba, ayúdame a permanecer firme en la fe, siempre confiando en ti.

Agradecimiento

¡Gracias por la historia de Abraham e Isaac! Si podías otorgar a Abraham la gracia necesitada para pasar tal prueba de fe, ¡yo sé que me ayudarás en mis tiempos de tribulación!

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Génesis 22:18.