Querido Padre Celestial,

Alabanza

Te alabo hoy como el “Padre de las luces”; toda buena dádiva y todo don perfecto que tengo viene de ti (Stg 1:17). Job regocijó en la memoria de cómo le habías bendecido tan generosamente en su vida. Así eres tú; a ti te encanta derramar bendiciones sobre los que te aman y sirven. “¿Quién es como el Señor nuestro Dios, que está sentado en las alturas? Él levanta al pobre del polvo, y al necesitado saca del muladar. ¡Aleluya!” (Sal 113:5, 7, 9b).

Hoy en Tu Palabra

Hoy me dijiste las palabras finales de Job en defensa de su integridad. Job comenzó por recordar con cariño la felicidad y gloria de su vida anterior (Job 29). Después de eso, dio una descripción vívida de la miseria y desgracia de su calamidad actual (Job 30). Job concluyó con un juramento formal de inocencia (Job 31). En estos capítulos, me das una vista entre bastidores de que lo querías decir cuando dijiste que Job fue un hombre “intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:8).

Reflexión

El juramento de inocencia de Job es un reto personal para mí; ¿puedo yo mirar en el espejo de las palabras de Job y alcanzar el nivel de su integridad? ¿He hecho un “pacto con mis ojos” para evitar mirar a alguien con lujuria? (Job 31:1) ¿Me he alegrado en la destrucción de mi enemigo o me he regocijado cuando el mal le sobrevino? (Job 31:29). ¿Puedo decir que me he apartado de cualquier mentira y engaño?

Petición

Padre, ayúdame a amar a otros, “no de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Jn 3:18). Recuérdame que “el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?” (1 Jn 3:17). Denme la gracia que necesito para poner en acción mis buenas intenciones y para responder en obediencia a los apuntes y avisos del Espíritu Santo.

Agradecimiento

Gracias por mostrarme que sí es posible vivir una vida santa e intachable ante ti; si Job pudiera hacerlo, ¡yo también lo puedo hacer! Te agradezco por tu obra en mí, dándome el deseo y poder para hacer tu voluntad (Fil 2:13). De verdad, todo lo puedo hacer por Cristo que me fortalece (Fil 4:13).

En el nombre de Jesucristo, Amén.

Versículo de Meditación: Job 31:4.